sábado, 8 de junio de 2013

Nostalgia

Recuerdo que cuando era pequeña solía meter los brazos dentro de la camiseta y decirle a la gente que los había perdido. Ponerme ropa de mi padre y decir que había encogido. Apagaba y encendía el juego cada vez que me iba a morir. Hablaba y dormía abrazada a todos los peluches para que ninguno se ofendiera. Tenía ese boli con muchos colores que lo apretaba a la vez para que todos salieran juntos. Llenaba el tapón de la botella y me lo bebía como si fuesen chupitos. Esperaba detrás de la puerta para darle un susto a alguien pero enseguida me iba porque tardaban mucho en venir. Me hacía la dormida para que mi padre me llevara en brazos a la cama. Solía pensar que la luna y estrellas seguían mi coche. Miraba las gotas de lluvia en la ventana e imaginar que era una carrera de gotas. Cuando me tragaba las pepitas de una fruta tenía miedo de que fuera a crecer un árbol dentro de mi. Mi única preocupación era recordar a qué hora emitían mis dibujos animados favoritos. Coleccionaba tazos y estampitas y negociaba para intercambiar las repetidas por algunas que no tuviera. En aquel momento creía que podía llegar a ser un astronauta.

Recuerdo que en aquel entonces quería ser mayor, ¿vosotros también? ¿En qué estábamos pensando?

Hemos despertado y hemos conocido como es el mundo, nada como esperábamos. Pienso y creo que puedo afirmar que no hay ninguna etapa como la niñez, tan feliz, tan libre, sin problemas en los que pensar. Sinceramente echo de menos esa etapa y cada vez desgraciadamente esa etapa está volviéndose más corta. Hoy en día los niños quieren crecer muy rápido, quieren vivir las cosas antes de que le toquen y los padres tampoco intentan evitarlo. No sé en qué se está convirtiendo el mundo pero algo como esto no se puede perder porque si no se vive realmente no conoceremos qué es vivir feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario